Marcas y Lovemarks

Cuando hablamos de crear una empresa sabemos que nos enfrentaremos a la temida "competencia", que en realidad es parte de ese motor que nos motiva a ser mejores, a sobresalir, a agregarle a nuestro producto o servicio ese toque extra que va a llegar al público para generar fidelidad y preferencia. Entonces muchas veces surge una duda muy común: por qué debo ser una marca y no una mercancía más?.

El mayor error de las estrategias de branding es creer que el branding se basa en las cuotas de mercado, en lugar de basarse en las emociones.» Marc Gobé.

Precisamente el branding y diseño de marca nace bajo el ojo crítico de un consumidor exigente, un consumidor que no solo desea un producto por necesidad, sino que ansía un plus que se adapte a sus características de individuo único y con preferencias definidas. Bien sea que nos consideremos en pro del cuidado del medio ambiente, o cualquiera que sea nuestra inclinación a la hora de adquirir nuestros servicios de uso cotidiano, todos compartimos ese sentimiento de querer que una marca que utilizamos a diario, nos represente, represente nuestros valores, y más allá que eso... nuestro CORAZÓN.

Aquí es donde un diseño, más que creativo, debe ser inspirador y conciso en el mensaje que desea transmitir. Debemos tener claro que el branding, es la herramienta que nos va a permitir llegar precisamente a ese ansiado corazón de nuestros consumidores, ya que el branding no es solo un logotipo; es lo que inspiro con todos esos elementos que componen la imagen de mi marca. Un nombre adecuado, un logotipo preciso, una imagen de fondo, colores y hasta un slogan emotivo, son los elementos que harán posible despertar esos sentimientos de preferencia, amor y orgullo por una marca. Y eso no se logra siendo una mercancía más en cualquier anaquel sino apuntando directo a las emociones del cliente.